Cinco testimonios sobre el fracaso de GeoVictoria

Hace exactamente un mes un grupo de trabajadores subcontratados por Servicios Globales de Outsourching fueron despedidos. Las razones entregadas acusaban principalmente “necesidades de la empresa”, sin embargo, las personas desvinculadas acusan un factor común que, según ellos, afectó su rendimiento laboral y precipitó esta decisión: el llamado sistema GeoVictoria.

Problemas con el GPS, lentitud del sistema y direcciones erróneas son algunos de los problemas que presentaban estas herramientas de geolocalización, utilizadas para facilitar a la empresa el control de asistencia, pero que para los trabajadores solo significaron frustraciones, descuentos en su salario e incluso despidos.

En esta nota conversamos con cinco trabajadores que accedieron a dar su testimonio. Para proteger su identidad frente a eventuales represalias, hemos ocultado sus nombres:

Descuentos con o sin atraso

Para “M”, reponedor externo, la aplicación GeoVictoria siempre significó un problema. En sus más de tres años trabajando para la empresa era habitual recibir descuentos por supuestos atrasos, que a veces llegaban a los 30 mil pesos: “Decía por qué, si no había faltado horas ni días. Incluso, si hubiera faltado un día entero me habrían descontado menos dinero”, cuenta. 

“Pude detectar que ellos me descontaban independiente de si cumplía con el horario o no. Podía marcar o no marcar, pero siempre me descontaban entre 5 mil y 9 mil pesos todos los meses. ¿Cómo me di cuenta de esta irregularidad? Hubo un tiempo en que la aplicación falló y yo tenía que marcar en el lugar del trabajo, pero lo hice en otra parte, y me funcionó. Así lo hice toda la semana. Después llegó el fin de mes e igual me descontaron, siendo que yo llegaba y salía a la hora. ¿Cómo ellos ven eso? ¿Cómo manejan esta aplicación?”

Nadie fiscaliza

“C”, reponedora que estuvo más de seis años en un supermercado al sur de Santiago, cuenta que tuvo varias reducciones en su salario producto de esta aplicación, que aparecían como “horas no trabajadas”. Indica que muchas veces avisó a su supervisor, quien le pedía una foto del problema. Sin embargo, por más que le mostrara “pruebas” de que no funcionaba, éste “hacía caso omiso”.

“Los descuentos eran de 10 mil pesos. No era mucho, pero el sueldo que una gana es poco, entonces igual es plata que una no tiene. Todos los meses había descuento. Lo que más tuve fueron 30 mil pesos. En todo este tiempo la empresa nunca me dio explicaciones”, dice.

¿Qué pasa con los reponedores con más de un local?

Comenzaba el mes de julio cuando a “E” le notificaron su despido como reponedor part time. Cuenta el joven que si bien su contrato establecía un supermercado, debió trasladarse frecuentemente por muchos locales de San Bernardo, lo que generó bastantes dolores de cabeza provocados por GeoVictoria, ya que el sistema no reconocía todas las direcciones.

“La aplicación tenía problemas con la ubicación, marcaba otro lugar. Como a mí me cambiaba de local en local me tomaban el del contrato, pero no hacían los cambios para el sistema. Y tenía que conversarlo con los jefes, mandar pantallazos. Por mes tenía descuentos de 20 mil pesos por horas no trabajadas. Esta situación impactaba bastante en mi sueldo final, porque esas ‘lucas’ eran necesarias para el pasaje, para tomar desayuno, pagarme las impresiones de la carrera que estudio”, señala “E”.

Todos los meses con descuentos

El 5 de julio la supervisora de sala de “R” le entregó una carta de despido. Dos años de impecable rendimiento, buena conducta y cumplimiento de metas no fueron suficientes para evitar la situación. Hasta el día de hoy la trabajadora no puede explicárselo. Confiesa que duerme con preocupación, ya que ella es su único sustento. 

Al igual que sus compañeros, “R” coincide en las dificultades de GeoVictoria: “Cuando yo intentaba marcar me salía ‘reintentar’. Esto provocó que se me pasaran los minutos y mucha veces marqué después del tiempo reglamentario. Con las salidas también tuve problemas. Nos marcaba un lugar distinto al que realmente estábamos. Tuve descuentos, poca plata, pero sí de minutos. Casi siempre me descontaban. Nunca tuve un mes sin descuentos por minutos”. 

La mujer cuenta que a pesar de que se les notificaba a los supervisores, nadie se hacía cargo entregar una solución. 

“Simplemente un cacho”

“A”, ex Capitán de Sala de un supermercado en el sector oriente de la capital, califica como “un cacho” la aplicación de asistencia proporcionada por la empresa. 

“Marcabas y al rato te avisaban que no habías marcado. Tuve descuentos por esta aplicación. Lo más alto que me descontaron fueron 20 mil pesos, que son lucas que uno tiene consideradas para otras cosas. Cuando te descuentan lo hacen altiro, pero cuando deben pagarte es un tremendo problema”, finaliza.

Para dar respuesta estos casos, el Sindicato Complementos ha emprendido una serie de acciones para modificar el sistema de asistencia (ver nota), sin embargo, la empresa aún no se ha pronunciado favorablemente a las innumerables denuncias de los trabajadores.